El nombre de esta marca podrías ser, perfectamente, el de un grupo de garage yankee de los 90. Pero no. Al menos que sepamos.
Penfield es el nombre de una de las mejores marcas de ropa indie. Y como buenxs tenderxs que somos, conocemos muchas.
Nacida en EEUU, Penfield ha llegado para transformar el mundo de la moda casual. No, no el cásual hooligan. Hablamos de ese término reinventado entre los 2000-2010 para la ropa desenfadada. Moda casuál. Esa que te pones para bajar a tomarte unas cañas al lado de casa sin desentonar.
Ni chándal ni traje. Casuál. Eso es Penfield.
Es la camisa que te pones cuando quedas por primera vez con unx chicx y quieres darte ese rollito cool de cantante de Lemonheads. Cuando no tienes claro qué llevar al cumpleaños de ese colega que lo mismo te mete en la Zarzuela como en el mayor tugurio de la ciudad.
Penfield es todo y nada. Todo lo que necesitas para cualquier ocasión y, a la vez, nada que vaya a desentonar en ningún sitio. Eso es una maravilla, claro.
La ropa de Penfield está diseñada para vivir la vida al aire libre. Aunque al principio estaba especializados en prendas de plumón que protegieran del frío, Penfield se ha transformado.
Desde su primera colección, Penfield se situó a la vanguardia de la estética de Nueva Inglaterra: Una auténtica mezcla de tejidos técnicos y ropa de vestir masculinas que lo aguanten todo. Desde una tarde en el Everest hasta una noche de fiesta. Todo, todo.
Porque es bonita, duradera y pega bien en absolutamente cualquier contexto. Lo cual, teniendo en cuenta que tienes una vida social ajetreadísima, viene genial. ¿Que te invitan al cumpleaños del hermano de tu mejor amigo? Penfield. ¿Que tienes que ir a una cena de empresa de navidad? Penfield. Con su ropa siempre sales del paso.
Por eso hemos apostado por ella. Porque queremos marcas útiles. Que den vidilla.